lunes, 11 de diciembre de 2006

Alise


-Alise-

No te va a querer, y lo sabes. Da igual lo que hagas, pretendas y pongas en juego; las huachaferías, que diría mi primo peruano, capaz de ejecutar: un libro regalado, una revista ilustrada, una notita de amor ridícula… Nada. A Alise no vas a conquistarla con halagos, tampoco con silencios, ni haciendo mohines o con esa carucha de pocoperro martirizado. No es que le des risa, ni pena, ni asco, simplemente no existes en su mundo, no te ve, no te conoce. Sí, ya sé que habla contigo, que se toma un café hirviendo por las tardes en tu mesa, que sabe tu nombre y lo ha repetido dormida una o dos veces en voz alta, pero desengáñate, Alise está condenada a mirar el vacío y verlo. Y aunque también sé que seguirás intentándolo como un submarino atrapado en los hielos, al final sólo te quedará dentro el frío. Déjalo, no te arrastres a sus plantas, insensato.

No hay comentarios: