Leed este libro como una fractal de la trilogía "Verdes valles, colinas rojas": mismos personajes en el mismo lugar, Getxo, haciendo lo mismo de siempre. Es decir: la obra en progresión de un maestro.
Pinilla cuenta a dos voces (una exterior, otra íntima de todo un pariente cercano de Roskholnikov) la historia de un falangita arrepentido y de cómo expía sus culpas a la sombra de una higuera tras haber asesinado a un maestro republicano y a su hijo de dieciséis años.
Valiente novela sobre la imprescindible memoria de los asesinados, sobre el sentimiento de culpa y sobre los procesos mentales que nos llevan a ser más presos de nosotros mismos que de nuestros carceleros.
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